Es una pieza de software que se instala o se relaciona con otra aplicación para dotar a esta última de nuevas funcionalidades.
Se le conoce también como plug-in, add-on, extensión o complemento.
Un desarrollador puede dejar preparada una aplicación para que admita complementos por varias razones:
- permitir a desarrolladores externos ampliar las funcionalidades
- por cuestiones de licencia (como incompatibilidades en licencias)
- por razones de comercialización. Por ejemplo, ofrecer una aplicación base gratuitamente, cobrando por complementos extras que añadan nuevas capacidades.
- dejar abierta la evolución de la aplicación sin tocar el núcleo de la misma.
Podemos encontrar plugins o complementos en aplicaciones como navegadores web, clientes de correo electrónico, software de edición de imágenes, y también en videojuegos, donde su uso está bastante extendido en forma de DLC (contenido descargable).
Son importantes y conocidos los plugins en software tales como WordPress, Google Chrome o Adobe PhotoShop, por citar algunos.