Una dirección IP es una serie de números para identificar de forma inequívoca a un dispositivo conectado a internet, ya sea un teléfono, un servidor, un router… Las comunicaciones entre estos dispositivos se establecen en base a sus direcciones IP.
Cuando entramos a una página web mediante un nombre de dominio, en realidad estamos accediendo a la dirección IP del servidor que aloja ese sitio. Usamos los nombres de dominio puesto que recordar una dirección IP es más difícil. La conversión o «traducción» de un nombre de dominio a una dirección IP la realizan los servidores de nombre de dominio DNS.
Atendiendo al formato podemos encontrarnos con 2 tipos de direcciones IP: IPv4 e IPv6.
Las IPv4 son las más habituales. Se expresan como 4 cifras separadas por puntos, cuyos valores van de 0 a 255.
Las direcciones IPv6 surgieron posteriormente ante una posible escasez y agotamiento de las direcciones IPv4. Suele expresarse de forma hexadecimal, separando los octetos mediante el símbolo de los 2 puntos «:».
Ejemplos de direcciones IPv4:
75.123.231.30 194.64.43.124
Ejemplos de direcciones IPv6:
2001:123:4:ab:cde:3403:1:63 2001:0db8:85a3::1319:8a2e:0370:7344
Las direcciones IPv4 son las más extendidas. Tal es así que al referirse a una dirección IP se espera por lo general una dirección IPv4.
Una dirección IP puede ser fija o dinámica.
Hablamos de IP fija cuando un dispositivo tiene asignada siempre la misma dirección IP. Por ejemplo los servidores de internet suelen tener una IP fija dado que dan servicio sin interrupción y deben ser fácilmente alcanzables.
Las IP dinámicas son aquellas asignan a un dispositivo cuando se conecta a internet, pudiendo ser distintas en cada ocasión. Por ejemplo, los routers domésticos de fibra óptica o ADSL suelten tener una IP dinámica. Cada vez que se enciende o reinicia nuestro proveedor de acceso a internet (ISP) le asigna una nueva dirección IP, algo de lo que se encarga el protocolo DHCP.
Puedes visitar la Wikipedia para ampliar información sobre direcciones IP.